CONVIVIR CON EL AMOR – última parte-

Damos por hecho demasiadas cosas del otro. Demasiados supuestos. Juzgamos y sentenciamos que no sirve para hablar de un determinado problema: “No significa que deba estar de acuerdo”. Y eso es lo que no aceptamos. Sobre todo si el problema es con él/ella. O , por ejemplo, infidelidades deportivas ( La persona a la que le gusta mucho el deporte, verlo o practicarlo, y la otra nada de nada…el temible fútbol!!

Una pareja no está formada por dos, sino por tres: yo, tú y “ nosotros”. Y aquí es donde fallamos. En demasiadas ocasiones nos olvidamos del “ nosotros”, llevando todos los temas al “ yo” o “ tu”. Y ahí es donde aparece el conflicto. Todo depende de cómo se alimente el “ nosotros”, cómo lo cuidamos…si es que nos acordamos de él. Es como un ser más y la pareja depende de este ser. Si no pensamos ni hablamos en “ nosotros”…es que quizá no estamos preparados para vivir en pareja. Solo lo hacemos para cubrir necesidades.

Definir espacios propios, puede funcionar, siempre que seamos “ honestos”, no solo con nosotros sino con la pareja, y no aprovechemos “ nuestro espacio propio” , Para hacer lo que nos de la gana, seguramente, lo que no nos gustaría que hiciera nuestra pareja. Eso sería deshonesto y también es una forma de “ engañar”. Puede pasar que las dos personas se quieran mucho, pero este tercer ser, “ nosotros”, no esté cuidado.

Va!! que ya termino!! no te duermas!! que falta poco!! jajaja

Las relaciones actuales se basan en cierto modo en incertidumbre, lo que supone que se alimente más el miedo que la ilusión: miedo a que te abandone o a fracasar. A que termine el amor. Porque has de tener presente que te pueden abandonar en cualquier momento. Es algo que va con el lote y debes aceptarlo…siempre!!. En toda relación debes ser consciente de que eso puede pasar. Y es lícito que suceda…tu también puedes. Y esperas que nadie te lo reproche…y lo acepte, no? Porque tu tampoco sabes lo que sentirás mañana: lo pre- supones.

Las claves son, compromiso, cooperación y el “ nosotros”. Compromiso porque es necesario saber que los dos estamos en la relación para lo bueno y para lo malo…o se rompe el compromiso, que no pasa nada. Cooperación, porque en muchas situaciones, las necesidades de uno no siempre coinciden con las del otro. Y para eso es necesario hablar, escuchar y entenderse para llegar a un acuerdo, un punto medio. Pretender que el otro “ adivine” tus necesidades no es una buena estrategia. No venimos con un libro de instrucciones bajo el brazo. Ni los hombres ni las mujeres. Hay que tomarse la molestia de “ permitir” que te conozca, y tomarse la molestia de “ conocer” al otro. Así que , mejor es hablar. Lo que implica sinceridad, y confianza. Lógicamente también habrá que querer escuchar al otro cuando habla, tanto el hombre como la mujer. El problema es que muchas veces tampoco se sabe escuchar. Después , llegar a un acuerdo sobre estas necesidades. Ver qué se puede hacer o no. Hablar, escuchar y llegar a un acuerdo son tres habilidades que se han de entrenar y adquirir.

Finalmente está el “ nosotros”, Que es como una tercera entidad. Hablando en forma de parábola, si a ese “ nosotros”, vamos con nuestra propia mochila cargada y por delante, sin resolver, el encuentro con el otro será más complicado. La mochila no resuelta la llevamos en el pecho, y nos oprime. Así no hay manera de abrazarse. No es el momento de iniciar una relación. La mochila que ya se ha ordenado, retirado lo que sobra, nos la echamos a la espalda. Ahora, ya podemos abrazarnos.

Puede ser que la relación de pareja actúe de espejo. Y refleje aquellas cosas que no nos gustan de nosotros mismos, pero que de momento no queremos reconocer. Así que estaremos ante relaciones dependientes, que supondrán “ victimismos” y “ controladores”. Una combinación letal y destructiva.

Demasiada gente busca la relación de pareja para cubrir nuestras carencias, y así sentirse bien, en una idea equivocada, transmitida desde muchas generaciones atrás, base del machismo ( la mujer depende completamente del hombre y este es quien controla y manda).

Por eso es tan importante que la mujer sea capaz de aprender a valerse por sí misma. Vivir sola y con tu sueldo… Cuando veas que puedes vivir bien sin necesitar absolutamente para nada al hombre, entonces estarás en posición real de decidir si deseas “ realmente” , compartir tu vida al lado de un hombre. No para mandar y controlar ahora tú, sino para “ compartir”, tu vida, libre, sin estar condicionada por esa dependencia.

A eso nos referimos cuando afirmamos que sentirse bien depende de uno mismo, de la capacidad de cuidar de una misma. Así es como se combate el machismo: No depender de él. Y el Feminismo: Porque no se trata de a ver quien domina a quien, sino de aprender, primero a vivir solas y solos. Y luego , ya libres, aprender a convivir, pero desde la independencia de ambos. Compartir con esa persona…sin necesitarlo.

Le pedimos demasiadas cosas al amor. Lo situamos ante unas metas difíciles de cumplir. Ponemos como condición que el cónyuge sacie todas las necesidades. Primero hay que aprender a abrirse al amor por uno/a mismo/a, sin esperar que sea el otro quien lo proporcione. Lo contrario, es solo fuente de “ dependencias” y “ exigencias imposibles”.

Eeehh!! A ver las del fondo!! BEBA y ANA…pónganse en pie. A ver: que estaba diciendo?? claro ! No lo sabéis, porque estabais durmiendo!! Queréis hacer el favor de prestar atención?? Que esto es por vosotras?? claro. Luego pasa lo que pasa!! Va!! que ya casi estoy. Un poco más y ya termino. Luego os preparo unas rodajas de naranja con virutas de chocolate y nuez rallada.

BEBA…y deja ya de estirarle del pelo a tu amiga, que te veo.

Por dónde iba? Ah! Si: Ahora imagina que ya nos aceptamos. Que se ha aprendido a comunicarse como nadie lo ha hecho antes. Que ya no se depende de la pareja para cubrir las necesidades. Ya está?…Pues NO, queridas amigas:

Cada día es distinto. Cada día habrá que descubrir al otro. Cada día habrá que dar. Y si lo confiamos todo a la comunicación verbal, debo recordaros que mujeres y hombres hablan códigos diferentes. Para eso existe la comunicación no-verbal. Al final , se trata de entender a la otra persona. De aplicar la “ empatía”: ponernos en su piel. Se trata de ser honestos. De ser sinceros…y de poner en práctica todo este royo que os he soltado…casi nada!!!

Oye?? Me estáis escuchando?? que ya está!! ya he terminado!!…ya podéis despertar!!

Pues hasta aquí, ahora ya en serio, es lo que pienso de eso del amor y la convivencia, considerando mi escasa experiencia y lo poco que he observado a mi alrededor, humildemente.

                              Ojosvendados ermitaño